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Ciudad de México

La nahual de Coyoacán

Hace mucho tiempo existía una bella doncella, quien se había casado con el joven más guapo del pueblo. Todos decían que eran la pareja ideal.

Cierta mañana su compadre le preguntó: “¿que tal es tu mujer?”

“Excelente además de bella una estupenda cocinera. Lo que  no me acaba de agradar es que desde que nos casamos me prepara moronga.”
Esto extraño al compadre, quien al día siguiente regreso y le dijo: “compadre no es por chismear, pero a mí me dijeron que eso es malo. Pregúntele a la comadrita el porqué.”

Acto seguido se fue el hombre y cuestiono a mujer: “oye amor ¿porque siempre desayunamos moronga?”
“es porque mi padre es dueño del rastro y lo que no se vende nos lo repartimos entre los hijos, a mi hermano mayor lo tocan las viseras, a mi hermana las patas, y a mí la sangre… por eso.”

El hombre quedo complacido con dicha explicación. Sin embargo el compadre se presento asustado, comentándole que en el pueblo todos sabían que ella era una bruja y que por ello nadie le desposaba.

“mejor espíela compadre… espíela… y vera de dónde saca la moronga.”

Así lo hizo y tempranito en la mañana antes de que el sol saliera, vio como su mujer se levanto y camino hacia la cocina…

A través del fogón vio la figura de su esposa. La cual ante sus ojos y sin percatarse de ser vista, se empezó a quitarse la piel y  convertirse en una bola de fuego…

El Joven quedo impactado sin habla, corrió a ver a su compadre y contarle lo que había visto…

“Compadre…. compadre… salga rápido por favor.”

Gritaba el joven, quien al ver a su compadre sin mediar palabra le tomo del brazo y se lo llevo a su casa. Ahí encontraron la piel de su  esposa, el compadre al verla se quedo sin habla, mas en un momento de lucidez le dijo: “quemémosla, así no podrá regresar y así ya no seguirá matando a más niños”

Y  así lo hicieron.

Quemaron la piel de la joven, quien al regresar y no encontrar su piel gritaba enfurecida y al mismo tiempo asustada pues la mañana se acercaba y el sol empezaba a verse en el horizonte.

El joven escondido y muy asustado vio cuando los primeros rayos del sol quemaron a su esposa.

…y este fue el fin de la nahual de Coyoacán.

 

Leyenda enviada por Felipe de la Cruz

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