Cuenta la leyenda que para poder realizar la labor de entregar juguetes a los más pequeños, los Reyes Magos cuentan con la ayuda de unos pequeños duendes que van informando a sus jefes del comportamiento de los niños. La costumbre exige que los pequeños depositen sus zapatos limpios en el balcón la noche del 5 de enero y, junto a ellos, agua, alguna pieza de fruta y un poco de yerba para aliviar el esfuerzo de los Magos y los dromedarios reales. La leyenda cuenta que dos amiguitos del Niño Jesús, viéndole pobre y descalzo, decidieron cederle sus zapatos, por lo que los lavaron y dejaron en el balcón para secar. A la mañana siguiente, cuál no sería su sorpresa al encontrárselos llenos de regalos que habían dejado los Reyes Magos premiándoles así por su bondad.
Autor: Mitos-Mexicanos.com
La leyenda de navidad
Historia de la navidad ¿Cuál es el origen de la navidad? ¿Cómo se fue gestando la tradición del 25 de diciembre? ¿Qué simboliza el árbol navideño?
Lo que llamamos "Navidad" es el resultado de una mezcla de tradiciones paganas muy coloridas e interesantes.
Para empezar, en los albores de la era cristiana nadie estaba seguro de la fecha en que había nacido Jesús. Era evidente que en diciembre y enero se daban -y se dan- las temperaturas más bajas (hasta 0,1 bajo cero, en grados Celsius) y las precipitaciones más altas (hasta 187 milímetros), de tal manera que resultaba imposible que los pastores durmieran a cielo descubierto mientras cuidaban el ganado, según escribió San Lucas -médico sirio convertido al cristianismo muchos años después de la desaparición de Jesús-, pues durante esta época, incluido febrero, hombres y ganado pernoctaban bajo techo. Era entonces absurdo que el censo de población -decretado por Quirino, gobernador de Siria – se llevara a cabo durante estas fechas, en medio del frío, la lluvia, y los caminos anegados y resbaladizos que harían imposible la caminata a sus lugares de origen, como es el caso de José y María.
Así pues, se comenzó a especular con las fechas: 16 o 20 de mayo, 9, 19 o 20 de abril, 29 de marzo o 29 de septiembre… hasta que en el año 334 el Papa Julio I dictaminó que Jesús había nacido el 25 de diciembre, y punto. No era fecha escogida al azar pues -como nos indica Desmond Morris en Tradiciones de Navidad- coincidía con las festividades que se realizaban en muchos de los desplazamientos de peregrinos durante el Solsticio de Invierno: las ceremonias vikingas en honor de Odín, las Saturnalias romanas, el nacimiento del dios Indoiraní Mithra, etc. De ahí que el nacimiento del Jesús El Cristo haya sido fácilmente asimilado al retorno del sol, al regreso de la luz.
Todo parece indicar que Jesús nació 6 años antes de su supuesto nacimiento, pues los censos se llevaban a cabo cada 14 años y el último había sido en el 20 AC.
Otro elemento pagano de la navidad es el árbol, ya que como hemos visto anteriormente, muchos pueblos les rendían culto a un puñado de árboles considerados sagrados por distintos motivos. El más común, desde Grecia hasta Noruega era el roble, pero con el devenir del cristianismo se cambió el inconmovible roble por el abeto pues, según los misioneros, la forma triangular de la enramada correspondía al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este tres mágico caló muy bien en todas partes ya que era un número venerado por muchos pueblos miles de años antes de la venida de Jesús, y de esta manera bastante singular se impuso el abeto y con el correr de los siglos el pino.
Y ya que estamos en el tema de los árboles, durante esta fecha se había convertido en una costumbre milenaria el adornarlos con piedras pintadas y telas de colores, con el doble propósito de "vestir" a los árboles que se habían quedado "desnudos" tras el otoño, esto es sin su respectivo "espíritu", y por otro lado lograr que el "espíritu" que había escapado de los árboles regresara a dar sus frutos en primavera, como efectivamente sucedía para regocijo de todos.
Otro elemento pagano es, por supuesto, Papá Noel, que en un principio se trataba del Abuelo Invierno al que los vikingos agasajaban para que fuera benévolo, y llegado el momento, partiera sin resentimiento para dar paso a la nueva vida. Una vez cristianizados y, siguiendo la costumbre vikinga, los bretones los denominaron Viejo Padre Navidad: uno de ellos se disfrazaba del personaje y con gran alegría el pueblo le ofrecía de comer y de beber en abundancia hasta su partida.
Con el tiempo, el Padre Invierno o Papá Noel, se confundió con San Nicolás, un hombre sumamente rico nacido en lo que hoy es Turquía y famoso por su generosidad con los más pobres, en especial con los niños. Resulta que aquel hombre que se transformó en obispo, y más tarde en santo, los holandeses le tomaron particular cariño y lo llamaron en su lengua Sinter Klaas (San Nicolás), y con este nombre pasó a América, más específicamente a Nueva Ámsterdam, que luego los ingleses rebautizaron como Nueva York. Con el tiempo y las aguas navideñas, Sinter Klaas se transformó en el famoso Santa Claus (Jo Jo Jo), es decir: Papá Noel, esto es, en el Padre Invierno.
Y a propósito de este personaje, los lapones constataban cómo cada vez que estaba por llegar el (Padre) invierno, los renos empezaban a bajar en manadas desde las montañas hasta los valles menos azotados por los vientos gélidos. Sabedor de esta leyenda -o al menos así lo supone Desmond Morris-, el poeta Clement Moore incorporó a los renos a su famoso poema "Una visita de San Nicolás", allá por 1824. Desde entonces los renos han precedido el carruaje de Papá Noel, y se teme que Rodolfo el reno, que tiene la nariz roja como un tomate, es parte del séquito.
Por su parte los americanos contribuimos a la Navidad con el pavo -del que los aztecas tenían grandes criaderos- que fue introducido en Inglaterra por David Strickland, razón por la cual obtuvo el derecho a poner como centro de su escudo familiar un pavo macho. Sin embargo, durante años -confundiendo el pavo de América con la gallina de Guinea- se creyó que habían sido los turcos quienes habían introducido el pavo en Inglaterra, de ahí su nombre en inglés: turckey (turco).
Al parecer, lo único verdaderamente cristiano de la Navidad es Jesús "El Cristo", y el pesebre, que fue incorporado por San Francisco, con animales vivos y personajes disfrazados, en el año 1224, para imitar la forma en que se celebraba la Navidad en Tierra Santa. Desde esa fecha, muchas casas nobles de Europa empezaron a competir entre ellas para diseñar el mejor pesebre cada año, hasta llegar a excesos verdaderamente surrealistas. Luego, esta costumbre se trasladó a América en donde se incorporaron figurillas de alpacas, cóndores, tapires y caimanes, amén de indios pastores, ángeles negros, ídolos precolombinos, así como chamanes amazónicos o emperadores incas en sustitución de algún Rey Mago, por lo general Gaspar.
A propósito de esto último, Melchor (soberano persa), Gaspar (rey de la India) y Baltasar (jeque de Arabia), fueron "interpretados" por el ecumenismo de la Edad Media, como Melchor (europeo: a caballo), Gaspar (asiático: sobre un camello) y Baltasar (africano: a lomo de elefante) con el propósito de que "cada rey representara a una parte de la Tierra hasta entonces conocida", según señala el antropólogo Segundo Moreno.
De esta manera queda demostrado cómo la Navidad, fiesta especialmente diseñada para ser disfrutada por los niños, es una verdadera mezcolanza de tradiciones, mitos y ceremonias paganas.
-Sacar las maletas a la puerta de la casa, le traerá muchos viajes.
-Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas, trae consigo matrimonio.
-Recibir el año nuevo, con dinero dentro de los zapatos, le dará muchísima prosperidad económica.
-Para tener mucha ropa nueva, usted debe usar la ropa interior al revés la noche del treinta y uno.
-Utilizar ropa interior roja, le hará encontrar el amor de su vida.
-Utilizar ropa interior amarilla, le traerá mucha felicidad y alegrías.
-Comer una uva (con cada campanada) a la vez que pide un deseo, hará que todos se le cumplan.
-Comer una cucharadita de lentejas, traerá prosperidad para todo el año entrante.
Dice la tradición que en 1580 los españoles, en su avance expedicionario por las tierras del norte, atacaron a los pueblos yaquis con el propósito de someterlos. Desconociendo los soldados hispanos el orgullo y la bravura de estos indios, les declararon la guerra, trabándose un feroz combate que terminó en derrota para los invasores, quienes se vieron forzados a huir. Sin embargo, dos soldados -hermanos entre sí- se desligaron de la tropa y se dirigieron hacia el norte. Así fue como llegaron a la sierra de La Palma, cerca de Guaymas, y prosiguieron al norte por esta mañana, evitando a los feroces seris. En su camino se toparon con los pimas, con los cuales entraron en confianza y los instruyeron en cosas desconocidas para ellos, hasta que fueron admitidos. Se supone que estos pimas trabajaban una mina de oro, conocida hoy como La Pima, situada en un profundo cañón. Pero los españoles, en sus andanzas por aquellos lugares, descubrieron La Tarasca al explorar la veta hacia el sur, ya fuera del cañón. A estos hermanos se debe el nombre de “La Tarasca”.
Texto:
Texto: Alejandra Platt
Dice la tradición que en 1580 los españoles, en su avance expedicionario por las tierras del norte, atacaron a los pueblos yaquis con el propósito de someterlos. Desconociendo los soldados hispanos el orgullo y la bravura de estos indios, les declararon la guerra, trabándose un feroz combate que terminó en derrota para los invasores, quienes se vieron forzados a huir. Sin embargo, dos soldados -hermanos entre sí- se desligaron de la tropa y se dirigieron hacia el norte. Así fue como llegaron a la sierra de La Palma, cerca de Guaymas, y prosiguieron al norte por esta mañana, evitando a los feroces seris. En su camino se toparon con los pimas, con los cuales entraron en confianza y los instruyeron en cosas desconocidas para ellos, hasta que fueron admitidos. Se supone que estos pimas trabajaban una mina de oro, conocida hoy como La Pima, situada en un profundo cañón. Pero los españoles, en sus andanzas por aquellos lugares, descubrieron La Tarasca al explorar la veta hacia el sur, ya fuera del cañón. A estos hermanos se debe el nombre de “La Tarasca”.
Una leyenda, de la que se habla ya desde 1850 en una obra del historiador José I. Velazco, menciona que entre Guaymas y Hermosillo, en la sierra de La Palma “…se habla de una mina de la que se dice ser muy rica en oro y que se llama Tarasca…”
Por otra parte, en el libroLa maravillosa Tarasca y el prodigioso tesoro de Tayopa, editado por el Gobierno del Estado de Sonora, del escritor Alfonso López Riesgo, se puede leer:
Guiándome por un documento de los yaquis me dirigí al rancho La Palma, situado a 48 km al sur de Hermosillo por la carretera internacional.
De aquí tomé un camino al suroeste y a unos cuantos kilómetros enfilamos al sur, dejando La Pintada a mi derecha. Después de algo así como 12 o 15 km hice un alto en virtud de que una cerca me impidió continuar. Dejé el vehículo y proseguí a pie con la intención de localizar dos cerritos, en uno de los cuales presumiblemente se encuentra la veta.
Arribé a un valle, con rumbo al este alcancé a ver dos prominencias que parecían responder a mis requerimientos, no era ese el lugar pero de todas maneras hice un descubrimiento: topé con unos cerros cortados verticalmente. En las proximidades encontré algunos pedernales de piedra ónix que los antiguos usaban en sus flechas. Al llegar al reliz observé una preciosa tinaja de agua a la que llegué por un estrecho corredor de tres metros de ancho, formado por el propio cerro. Es posible que su nombre sea el de La Tinaja del Carmen, mencionada en algunos “derroteros” de La Tarasca. A juzgar por los pedernales que encontramos, los indios visitaban este aguaje y merodeaban esa área de la región.
A mi regreso tomé otro sendero dispuesto a terminar con la exploración por ese día, pero al transitar por un camino pedregoso, en el plano, topé con un arroyo con vestigios de que en épocas pasadas era más caudaloso y que en sus riberas hubo un campamento indígena. Vi manos de metate, piedras para machacar y otros artículos por el estilo. Analizando con cuidado, llegué a la conclusión de que se trataba de un campamento de indios pimas y que no podía ser otro que el mencionado por la leyenda. Luego del descubrimiento, y atenido al documento indígena, escruté el sur con los binoculares con la feliz circunstancia de que, a lo lejos, observé un “cañón fragoso”·, como lo describe el referido documento. En ese cañón se encuentra La Pima, mina de la que habló el Chapo Coyote, indio yaqui. Y más allá, al salir del cañón, está La Tarasca. Con este hallazgo di por terminadas mis investigaciones respecto a la famosa mina, sabiendo que nada quedaba por hacer.
El Chapo Coyote, por allá de 1954, platicaba que: “cuando nosotros estábamos alzados íbamos a una mina cada tanto tiempo para sacar oro y comprar armas y parque. A unos nos tocaba vigilar arriba de los cerros y otros bajaban para sacarlo”. Asimismo, indicó que la mina estaba situada en un “cañón muy fragoso” por el rumbo de La Pintada. “Ve al aguaje de La Pintada y fíjate muy bien en las ramas. Vas a ver algunas que están trozadas aunque hayan vuelto a brotar. Es que nosotros teníamos una vereda donde bajábamos al agua. Síguela hasta llegar a lo más alto de la sierra. Volteas al otro lado y sigues caminando tratando de mirar un cañón hondo. Ya metido en el terreno lo tienes que encontrar. Cuando así sea lo sigues, tienes que caminar rumbo al sur como si fueras para Guaymas. Vete fijando arriba y donde veas dos relices juntos párate y fíjate abajo. Tienes que ver una piedra muy grande. Dale vuelta y vas a ver, buscando, la boca de una mina. No creas que es fácil porque el cañón es muy enredoso pero, si haces lo que te digo, vas a dar con ella”.
El 10 de septiembre de 1998 pude entrevistar al señor Alfonso López Riesgo, autor del mencionado libro, donde vienen innumerables cuentos e historias sobre minas y tesoros escondidos. Llegamos a su casa y nos sentamos a platicar con él, saboreando un delicioso café de talega típico de la región. Lo primero que le pregunté fue si era cierta la leyenda de la mina La Tarasca. Inmediatamente me respondió: “¡Por supuesto que sí! Tengo años localizando esta impresionante veta y he descubierto que no es una sola mina sino que son muchos kilómetros de veta. Aproximadamente a 20 km de Guaymas hacen erupción unas rocas con matices rojizos, donde se inicia la veta de La Tarasca. Estos tonos se prolongan hacia el sur hasta perderse gradualmente, y reaparecen hacia el este, donde chocan con unas estribaciones que vienen de esta misma dirección, vuelven a desaparecer, y aparecen de nuevo en La Colorada, mina que fue explotada en el siglo pasado. De La Colorada la veta toma el rumbo hacia San Miguel de Horcasitas, o sea hacia el norte, y se pueden ver partes en las que se manifiesta el oro libre, puro y rico.
“En el cerro de La Labor, en una ocasión, me tocó viajar con uno de mis yernos, y nos fijamos en una chuparrosa petrificada en un árbol. Cuando me acerqué a ella, por curiosidad, me di cuenta de que en esa área existía el color rojizo de las rocas vistas con anterioridad. Estaba claro que ahí había oro; tomé unas muestras para revisarlas y, efectivamente, el resultado fue positivo. Según mis cálculos esta veta pertenece a la de La Tarasca, y mide un pie y medio.
“En el cerro de El Carrizo, enfrente de San Miguel, donde también estuve, sigue la veta de La Tarasca. En una ocasión se raspó el cerro y se descubrió roca rojiza, sólo que la veta se vuelve a enterrar hacia el norte. Allí descubrí un placer (placer es la veta de oro, libre de impurezas), e hice un denuncio por 100 hectáreas, que algún día explotaré.
“En todas estas partes han descubierto muchas minas de oro; una de ellas es La Sultana donde estoy seguro acaba la veta de La Tarasca. Esta veta tiene un largo recorrido, desde Guaymas hasta San Miguel de Horcasitas. Todo esto que te platico han sido más de veinte años de viajar por todos estos rumbos, pero te puedo asegurar que esta mina no es una leyenda, es algo muy pero muy real”.
Para mayor ilustración he tomado la siguiente información, consignada en el libroMéxico y sus Progresos, editado alrededor del año 1908.
Del Distrito de Hermosillo, Minas Prietas es sin duda el mineral más grandioso, y así lo comprueba la alta importancia que en distintas épocas ha tenido.
Su historia alcanza edades muy remotas, pues tiene contacto con las lejanas etapas virreinales, en la que señala el descubrimiento de estas soberbias riquezas.
Perdidas en las medias de un misterioso pasado, se encuentra una mina maravillosa que ha llegado hasta nuestros días con el nombre de “La Tarasca”, de las épocas ancianas y añejas crónicas se dice que era buriosamente rica.
Siguiendo todos estos escritos acerca de la famosa mina, visité el rancho de La Palma y sus alrededores, y así pude ver todo lo que describió Alfonso López Riesgo. Sólo que dar con La Tarasca fue algo difícil.
Visité también la mina Ubardo, ya en ruinas. Siguiendo la información de López Riesgo sobre la veta de oro, me topé con Orencio Balderrama, minero por muchos años, quien conoce toda la región; él me condujo a San José de Moradillas donde, según se dice, sigue la veta; pero esta mina es de grafito (mineral que sólo se encuentra en el estado de Sonora), y es precisamente en esa área donde se han localizado trazos de La Tarasca y descubierto pepitas de oro.
En el hoy abandonado pueblo de Moradillas había, en su época de auge, escuela, hospital, casas de los dueños de la mina, casas de los trabajadores y un camino muy bueno.
Para llegar a este lugar hay que salir de Hermosillo por la carretera que va a La Colorada, a 53 km, donde existe una enorme mina de oro, explotada por una firma muy importante; seguimos 18 km más y nos encontramos con el rancho El Aygame. Luego, hacia la derecha, recorremos 26 km de terracería y llegamos a este bonito pueblo con construcciones al estilo norteamericano, sólo que en ruinas.
SI USTED VA A LA MINA TARASCA
Saliendo de Hermosillo por la carretera núm. 15 que va a Guaymas, al llegar al poblado de La Palma de vuelta a la izquierda, con rumbo a El Pilar. La mina de La Tarasca se encuentra cerca de la población de El Pilar, aunque su veta va desde Guaymas hasta San Miguel de Horcasitas.
Fuente: México desconocido No. 267 / mayo 1999
Leyendas urbanas de mexico
Juan Aldama y su hermano Demetrio quedaron sorprendidos. A unos cuantos metros de donde se encontraban, sobre la carretera 180, vieron un camión de carga que, incendiándose y haciendo ruido con la bocina, transitaba dando tumbos sobre la costera del Golfo de México. Los hermanos Aldama, campesinos y vecinos de Las Palmas, en el Estado de veracruz, declararon que vieron al camión cuando venía ardiendo sobre la carretera. Eran aproximadamente las 16:00 horas del 25 de mayo de 1973. El “camión incendiado por los chaneques”.
De inmediato acudieron a prestar ayuda al conductor, una vez que éste logró detener el camión sobre la cuneta. Lo bajaron y auxiliaron: no tenía ninguna quemadura de importancia pero gritaba, exaltado, que se había quedado sin frenos y que se quemaba. Entre todos intentaron apagar el fuego, pero nada pudieron hacer para sofocarlo. Las llamas se propagaron rápidamente quemando las tarimas de madera y tdo el material combustible sobre el vehículo. Los asientos, en la cabina del conductor, se convirtieron en cenizas y algunos de sus resortes se doblaron por el calor; las llantas continuaron quemándose por varias horas. El conductor del camión, una vez repuesto del susto, huyó con rumbo desconocido.
El siniestro fue reportado en varios periódicos de la República Mexicana, llegando a aparecer en el Novedades, uno de los principales diarios de la capital mexicana.
Las compañías e seguros y los Miniserios Públicos reciben al mes varios reportes de autos y camiones quemados por diversas causas, principalmente debido a accidentes automovilísticos. Sin embargo, estos accidentes no son tan importantes como para que su crónica aparezca en la mayor parte de los periódicos del país. ¿Qué tenía de especial este caso para que se le diera tanta importancia?
Siete días antes había ocurrido otro siniestro similar muy cerca de ahí. Un caso que ha entrado en la historia de la ufología mexicana como “el caso del camión quemado por los ovnis”. Este suceso ocurrió en el mismo estado de Veracruz y, supuestamente, estuvieron involucrados unos diminutos seres conocidos en la zona con el nombre de chaneques.
Como bien ha apuntado Héctor Escobar, el caso de Las Palmas no era más que una copia del suceso ocurrido el 18 de mayo en Cintalapa, aunque más simple. La diferencia entre ambos era que en Cintalapa, como veremos, los elementos que no se queman fácilmente fueron los que, supuestamente, ardieron, y en Las Palmas, se dijo, no se quemaron los productos combustibles.
Como elementos de extrañeza se apuntaron: que el parabrisas de cristal del camión no se había quemado; que en las cercanías del camión se hallaron fragmentos de cartón y de mica (silicato aluminicopotàsico hidratado con cantidades variables de Magnesio, Manganeso, Fierro y Titanio) sin quemar; y que también se encontró un costal de yute (fibra de henequén) sin dañar.
En cuanto al cristal y a la mica no era tan extraño que no hubieran sufrido daños, ya que el primero era un parabrisas del tipo de cristal templado y la segunda, como se sabe, en algún tiempo se utilizó como aislante térmico en algunos aparatos eléctricos. El pedazo de cartón tal vez no pertenecía al camión o llegó al lugar con l viento, y el costal del yute era del mismo tipo del que utilizan los campesinos de la zona para guardar sus cosechas. Los hermanos Aldama lo habían utilizado para tratar de apagar el fuego, probablemente lo dejaron olviddo. En realidad nada había e misterioso. Ni siquiera la huída del conductor, pues seguramente por algún error suyo en el mantenimiento o la conducción del camión, había sufrido este incendio o temía que le acusaran y le obligaran a pagar los destrozos.
Lo que hizo “famoso” este caso fueron los sucesos ocurridos días antes en la carrtera Tinaja a Tierra Blanca y de los que a continuación nos vamos a ocupar.
fuente: http://marcianitosverdes.haaan.com/2006/04/chaneques-incendiarios/
Turistas gringos
Chistes de Mexico.
Estaba un grupo de turistas gringos recorriendo un poblado rústico mexicano; en eso uno de ellos ve a un campesino tirado a la sombra de un árbol descansando. El gringo se le acerca y le busca conversación:
Hola amigo, ¿Cómo estar tú?
Muy bien jefe, aquí descansando.
Dígame, por qué usted no trabajar más por sus tierras.
¿Y para qué?
Para tener grandes cosechas y vender más.
¿Y para qué?
Así tú poder ganar más dinero y comprar ganado.
¿Y para qué?
Con el ganado hacer reproducir y vender y ganar más dinero.
¿Y para qué?
Para tener una casa bonito y vivir tranquilo y descansar.
¿Y qué estoy haciendo?
La Mujer del Candil
Leyenda del estado de Guerrero.
Cuenta la leyenda que todo esto ocurrio en la Costa Grande de Guerrero.
Aprincipios de siglo, una mujer que había juntado sus monedas de oro, para ir a visitar al papa, al vaticano, decidio que ya era momento de emprender el viaje, como en el lugar donde ella vivía no había ningun tipo de transporte, así que tenían que caminar por toda la orilla de la playa para llegar a Acapulco, era día y medio de camino. Ella le platico a todo el pueblo que ya había llegago el día para irse, y salio a las 4:00 a.m., era una noche sin luna, así que solo se guíaba con la espuma del mar y ún candil de petroleo, no bién llevaba 1 hora de camino, cuando unos hombres la atacaron, la asesinaron y le robaron sus monedas. Así que ahora en las noches que no hay luna se ve la luz de un candil por la orilla de la playa de la Costa Grande de Guerrero. (entre Carrizal y Mitla).
Así que cuando anden por esa zona, procuren no caminar por la playa en una noche sin luna.
Sólo en Mexico
Chistes mexicanos. Mexico.
Solo en México:
– Las cárceles están llenas al tope por un solo asesinato, pero no está ahí el que lo cometió.
– Una persona roba un litro de leche porque tiene hambre, lo atrapan, lo someten a juicio esa misma noche, y al día siguiente le dictan "auto de formal prisión" con derecho a fianza… Pero un secuestrador que mutila sus víctimas para amedrentar a las familias, las 'autoridades' tardan meses en encontrarlo(?), tardan otros tantos en someterlo a juicio (??), y tiempo después se sabe su veredicto(???), que en algunos casos lo declara "inocente".
– Mucha gente es felíz recibiendo una torta y un refresco, a cambio de ir a votar por un corrupto que le va a desgraciar la vida por los próximos 3 o 6 años…
– Una cara bonita puede darse el lujo de destrozarte los tímpanos o hacerte pasar penas ajenas, cuando le da por "cantar" y/o "actuar".
– El burro mas burro y mas inepto puede ganar mas que tu, tener mejor trabajo que el tuyo, mejor casa, mejor arro, etc., solo por ser pariente de algún político grande…priista, ¡por supuesto!
Leyendas urbanas de Mexico. Cerro La Teresona, Toluca, Mexico.
Al norte de la ciudad de Toluca se encuentra un cerro llamado la teresona, en el cual varios conocidos de mi hermana menor han visto unas bolas de fuego rondar el cerro, estas no pueden ser gases emanados de la tierra ya que estos son de color azul y las bolas son entre rojas y anaranjadas las que se ven en ese cerro por lo que si tienen relacion con las famosas aves de fuego de los brujos.
Una vez cuando mi hermano era chico e iba con mi madre un viernes en la noche cerca del lugar vieron tambien dicho fenomeno y mi hermano al verlo espantado mi madre le dijo que se encomendara a Dios lo que lo tranquilizò.
Es necesario resaltar que los viernes en la noche los satànicos se reunen en un punto predeterminado en la ciudad para luego ir a media noche a dicho cerro a realizar sus ritos, pues tal vez en el cerro haya una puerta dimensional lo que lo hace atractivo para ellos y para una conocida mia son personas que no saben con lo que se meten al invocar dichas fuerzas.
Abuelo cuenta sobre los Chaneques
Los chaneques. Leyenda de Tabasco, Mexico.
Pablo Gómez Jiménez
Oxolotán, pueblo zoque bañado por las verdes y turbulentas aguas del río de la sierra, oculta entre los cerros la magia de acontecimientos legendarios de una raza cuyo origen conserva el deseo propio del hombre entre el saber y el enseñar, que le permite expresar en cada elemento de la naturaleza la variedad de significaciones que envuelve a los sentidos.
La magia de la selva invita a la búsqueda y al encuentro con lo desconocido. El espíritu de su pueblo aún conserva los vestigios de la tradición prehispánica en los testimonios silenciosos de los muros del convento Dominico y sus leyendas. En Oxolotán aún se conserva la tradición ancestral del respeto al consejo patriarcal del clan, que guarda y revela a las nuevas generaciones la sabiduría de los tiempos y los secretos de la vida.
Las palabras del abuelo en los oídos de su nieto Eustaquio habrían de marcar la existencia del niño con los significados de las leyendas que en su infancia guardaría.
Las sombras de la tarde en languidez se alargaban de la choza de don Celestino hasta el río y hasta las faldas de los cerros que la rodeaban, por eso, el pequeño Eustaquio cerraba la puerta, acercaba el butaque al fogón, mientras el abuelo enrollaba el tabaco, y Lluvia, la madre del niño, preparaba la cena, calentaba la tortilla de frijol y al ritmo del molinillo hacia la bebida para su padre. Después vendría el relato sin tiempo que el abuelo guardaba para su nieto, en donde transmitiría la magia del monte con sus duendes como legado ancestral de su pueblo.
Sentado en el suelo, Eustaquio se acomodó con la cabeza sobre las piernas de don Celestino. Una a una las palabras fueron cayendo, abriendo el consejo para dar paso a la leyenda.
—"Hijo, ya estás crecidito y atiende lo que te digo: cuando tu mamá te dice que no juegues dentro del monte, hazle caso porque ése es un lugar donde existen los chaneques. Pronto tendrás que acompañar a tu papá por el monte a la siembra y a la caza y tienes que aprender los secretos de la selva para que siempre regreses y no te pierdan."
—"¿Y por qué me han de perder los chaneques abuelito?", preguntó aquella vez el niño con la inocencia de sus escasos cinco años de edad.
—"¡Ah! -Porque los chaneques son dueños del monte y les gusta perder a la gente cuando les macheteamos su acahual, o cuando pasamos por la ceiba donde juegan."
—"Abuelo, ¿cómo son los chaneques? ¿Los has visto?— El niño alejó su jícara y se pendió al relato del abuelo con el mismo encanto de los duendes.
Sus ojos dilatados y sus oídos alerta se avivaron ante el deseo de saber todo sobre aquellos personajes místicos.
El abuelo mordió el tabaco, lanzó un escupitajo y prosiguió. —"Así es hijito, yo los he visto, una vez fui con mi padre a buscar a un curandero porque a mi hermano Encarnación -se llamaba igualito a tu papá0—, a ése lo perdieron los duendes y lo encontramos a los tres días arañado y roto de la ropa de tanto caballito que le dieron, sólo recordaba que lo hacían brincar los acahuales y los zarzales, estaba como loco, pero el curandero lo rameó con un gajo de jícaro y lo bañaron en el río, le dieron de beber albahaca por nueve días y lo cuartearon hasta que regresó su espíritu, pero los chaneques lo venían a buscar.
Son como de tu tamaño, andan desnudos, se ríen con unos dientes como palillos, tienen los pies al revés como las pezuñas del burro, las chanequitas tienen la trenza larga hasta el suelo y te hacen cosquillas; parecen niños traviesos y te dicen que los sigas y te van llevando y llevando hasta que te pierden y ya no puedes regresar, estás vuelta y vuelta en el mismo lugar. Son enamorados y se llevan a las muchachas, las atontan y luego hay que curarlas en la misma forma.
Ellos hacen sus maldades de acuerdo con el lugar donde estén, si en el campo encuentran un caballo lo toman para jugar, le trenzan y enredan la crin y la cola y lo carrerean a reventar.
"—¡Ah! Pero también los puedes desencantar y alejarlos de los caminos. Escucha: si te los encuentras, quítate la ropa, póntela al revés y camina en sentido contrario a sus huellas, sólo así reencuentras el camino. Luego vuelves y les pones bajo la ceiba juguetes, tabaco, perfumes, un carrete de hilo, peines, espejo, trago y les cuelgas una hamaca de bejucos y hoja de tanai y cuando el chaneque se canse de jugar, se emborrache y se duerma, lo amarras con jolosin, lo cuereas con otro mecate hasta que te canses y después lo sueltas. Así, el encanto estará roto y tu camino estará libre. Ese es el secreto, ni el cura con rezos y agua bendita lo puede correr porque se le desaparece y luego regresa."
El viejo así cumplía con su misión, sentía alcanzar la plenitud al otorgar en cada tarde los secretos de la vida a aquel niño para enfrentarse a la naturaleza, pues a su vez éste representaba la continuidad de su estirpe y él era el portavoz de los deseos más profundos de la familia.
Por su parte, Eustaquio supo que los personajes que dramatizan en la vida, que son dueños de atributos sobrenaturales, que distribuyen la vida y la luz en razón a la naturaleza, son a la medida del hombre y poseen sentimientos y pasiones que los hacen vulnerables. Vencerlos significa imponerse a la naturaleza en su omnipotencia y perfección, lo cual permite abrir los caminos a la conquista del saber.
En su inconsciente, el eco de aquellos momentos producto de lo real y lo simbólico representaría el hilo imaginario para adentrarse en los laberintos de la vida.
De esa manera, seguiría cumpliendo con aquella vocación inculcada por su familia y después de mil batallas libradas con escasez de recursos, pero con entereza de espíritu, culminaría una formación universitaria dentro del área educativa de las ciencias biológicas, lo cual lo ubicaba en el terreno de búsqueda de lo natural, hasta donde rompería con el compromiso contraído con Celestino, el abuelo, Lluvia, su noble madre, y Encarnación, su padre, aunque seguiría asumiendo el papel protagónico de ejemplo de sus siete hermanos menores.
Esta ruptura le permitiría a Eustaquio encontrar otro significado de la vida y hoy, sin perder la vocación de guía, se aboca a la interpretación de las ciencias humanas como una forma de acercamiento a su propia interpretación. Seguiría así, esa búsqueda incesante del hombre libre, del reencuentro constante entre los vericuetos que en cada instante nos plantea la vida.
Las simbolizaciones de su niñez configurarían en él una idea clara sobre el sentido humano más profundo de la educación, pues la había entendido como condición de libertad y prisión, había conocido también su sentido condicionante de unión y separación y ahora la comprendía como sinónimo de búsqueda y ocultación. Para nuestro personaje, su punto de partida para la búsqueda de su completud es el aula de clases; y ese deseo incesante lo comparte con sus discípulos.
Breve glosario oxoloteco
Jolosin. Corteza fibrosa de la planta de jolosin que se usa para elaborar mecates para sujetar las carpas de leña.
Tanai. Planta silvestre que produce hoja parecida a la del plátano y flor amarilla vistosa.
Chaneque. Originaria de Chaneabal, dialecto de Chiapas, ramas del tronco lingüístico maya que quedan todavía, el menos conocido es el chane-abal o chanabal, compuesto del Zotzil Catsdal, Maya y Trokect.
Referencias bibliográficas
Becerra, Marcos. Obras Sueltas, Histórica Lingüística y Antropología. Editorial del Gobierno de Tabasco, México, 1980 p. 213.
Becerra, Marcos. Rectificaciones y adiciones al diccionario de la Real Academia Española. Consejo Editorial del Gob. de Tabasco, México, 1980. p. 232.