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Monterrey

La niña fantasma de Protección Civil del Estado

En las instalaciones de Proteccion Civil del Estado de Nuevo León, ubicadas en la parte alta de la Loma Larga en la ciudad de Monterrey, algunos elementos de la corporación han reportado varios sucesos extraños. "Lo que pasa es que vi que alguien atravesó la maya ciclónica, entonces, luego y luego, mis compañeros a traer lamparas y a los perros, fuimos a buscar y no había nadie" expresó Adrián Licón rescatista de Protección Civil del Estado.
Entre ellos la misteriosa aparición de una niña que ronda por los pasillos de esa institución. Carlos Eduardo Aguilar quien es el radio operador de esta dependencia menciona "nos han comentado los compañeros de aquí, de Protección Civil del Estado, junto con las secretarias y personal del helicoptero, que han visto a una niña en los pasillos, en áreas de las oficinas, en los baños, así mismo como en la cocina, que han platicado con ella".
Las instalaciones de la corporación de rescate están ubicadas en lo que fue una antigua escuela que fue cerrada y abandonada en 1980 y así continuó hasta 1998, cuando fue instalada la corporación de rescate en ese lugar. Se rumora entre los miembros de la corporación que en ese tiempo una niña sufrió una tragedia. "Se menciona de que aquí hubo una muerte violenta de una niña, que fue violada en estas instalaciones, cuando estaban abandonadas durante mucho tiempo" narra el comandante Martín Castillo Subdirector de Protección Civil del Estado.
Varios son los que cuentan que se han tenido encuentros con la fantasmagórica entidad. "Era un mecánico de los helicópteros, él llega entra aquí a la cocina, pasa por el área de la alacena, entra y ve a la niña y le dice ¡Hola! ¿Cómo estas?… se mete a la alacena, saca una naranja, saca una para él y otra para la niña, porque él no sabía, entonces él sale y estira la mano buscando a la niña, entonces no la encuentra" cuenta Adrián Licón rescatista de la institución.
Sin embargo y a pesar de que varios comentan que han visto a la niña fantasma, muchos se mantienen escépticos. El comandante Martín Castillo opina al respecto "no deja de ser una situación qu en algunos momentos tenga una explicación lógica o científica, por condiciones climatológicas, algunos efectos que se generan o en algunas circunstancias".
El fantasma de la niña de Proteccion Civil del Estado, sigue siendo todo un misterio, los reportes han continuado, es todo un caso para Archivo Insólito.
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Monterrey

Casa de los tubos

En la parte alta de la colonia Contry La Escondida en ciudad Guadalupe, existe una gran casa que fue construida a principios de los años de 1970´s, la cual se encuentra abandonada desde entonces; desgraciadamente ha sido víctima de vándalos, sin embargo esa casa esta rodeada de misterios.
José Daniel Castilleja quien es policía de ciudad Guadalupe cuenta que "una niña que se calló en una silla de ruedas, y que era de una persona anciana, y que en la casa aparte se habían caído dos albañiles, y por el miedo abandonaron la casa y ya no quisieron construirla".
Sobre esta casa cuentan muchas historias y rumores, el misterio la ha rodeado desde hace muchos años y hasta el momento no se sabe cual sea su historia real. "Dicen que cuando toman vídeo o fotos, parece que ven sombras o figuras de algo en la fotografía" comenta el oficial de policía José Daniel Castilleja.
La casa es vigilada constantemente por policías municipales que no permiten la entrada a curiosos por lo riesgoso de la construcción; sin embargo se cuentan varias leyendas pero todas rondan sobre una tragedia ocurrida a una jovensita que usaba una silla de ruedas; de esa casa algunos cuentan que se ha visto el supuesto fantasma de una mujer rondar el lugar por las noches, aunque no todos creen en estos rumores. Una vecina del lugar que no quiso identificarse dijo "yo no he visto nada, yo todas las noches paso por ahí, y no he visto nada".
Acompañados por varios oficiales acudimos al lugar, y lo que captamos fue algo realmente insólito; en el área correspondiente al sótano de la casa fue captado la imagen de algo semejante a la silueta de un cuerpo humano, la imagen aparentaba ser la de alguna tipo de entidad; pero la mejor opinión de la de usted.
Por los rumores de fenómenos paranormales, algunos curiosos van ahí en busca de ver algo fuera de lo normal. "Se dice que se aparece una niña que tuvo un accidente… incluso viene gente del extranjero, chinos, japoneses, estadounidenses, sobre todo vienen a checar el vídeo, o sea, esta casa tiene años y es muy famosa por la historia de la niña que se aparece", menciona Juan Antonio Ledezma quien es policía de ciudad Guadalupe.
La leyenda de la casa de los tubos esta rodeada de muchos misterios, seguirá siendo todo un caso para Archivo Insólito.
http://belduque.blogspot.com/2006/08/la-casa-de-los-tubos.html
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Toluca

El cerro del Toloche

En el Cerro del Toloche, por el lado de Santiago Miltepec, existe una cueva a la que llaman Cueva del Toloche y hace como cien años tenía una abertura como de un metro de altura y para adentro era una especie de subterráneo. Para entrar se tenían que llevar velas. A muchos pastorcitos les gustaba entrar porque decían que "alguien" los llamaba y cuando entraban sólo caminaban como veinte metros porque decían que para adentro estaba muy oscuro.
Se cuenta que hubo un zapatero que haciendo una apuesta con sus amigos, les dijo que como él era el más valiente, iba a entrar. Les preguntó que qué querían que les trajera de seña y ellos le dijeron que una naranja.
Al día siguiente se reunieron todos para acompañar al que iba a entrar a la cueva. Se cuenta que el zapatero entró a las siete de la mañana, saliendo a las ocho de la noche con la naranja que había prometido llevarles.
Sus amigos le preguntaron que qué cosas había visto y él les contestó que al entrar lo recibieron dos catrines preguntándole qué quería; ofreciéndole dinero, lo que él quisiera pero que para que se lo dieran tenía que dejar su firma escrita con sangre de la vena de su mano izquierda.
El contestó que no iba por dinero, que iba solo por una naranja que les había prometido a sus amigos y ellos contestaron que para que se la pudiera llevar, tenía que hacer lo que ellos le ordenaran.
Lo primero que tuvo que hacer fue sentarse en una silla que era de víbora. Los catrines le dijeron: "Ya sabes que si al sentarte no te muerde la víbora, puedes llevarte la naranja y podrás salir, y si no; ya no sales".
El zapatero se paraba y se sentaba a fin de evitar que lo mordiera la víbora. Viendo los catrines que la víbora no podía morderle, le dijeron que ya se levantara. El hombre se levantó sudando por el esfuerzo que había hecho para librarse de las mordeduras. Después le dijeron: -"Ahora te toca sentarse en una acémila y tienes que correr a la orilla de una laguna que tiene un chaflán alrededor .
El zapatero, contó a sus amigos; que se enredó la crin en una mano y con la otra le pegaba a la acémila en la cabeza, para que no lo aventara al agua. Viéndolo ya cansado, los catrines .se compadecieron de él y le dijeron que ya se bajara.
Habiendo vencido estas pruebas, los catrines lo llevaron a ver montones de dinero, árboles frutales de todas las especies. El cuenta que vio un paraíso. Le decían:
-"Llévate lo que quieras pero tienes que dejar tu firma con sangre de la vena de tu brazo izquierdo". El zapatero les volvió a repetir que no quería dinero, que la apuesta que él había hecho era de una naranja. Entonces ya le permitieron cortar la naranja que él quería. Cuando ya la tenía en la mano el zapatero les dijo con palabras groseras:
-"Conforme me fueron a encontrar, váyanme a dejar". El hombre sintió que lo tomaban de los dos brazos y lo llevaban volando. De repente se vio fuera de la cueva. Salió espantado y vio que sus amigos estaban esperándolo fuera de la cueva. Llevaba la naranja en la mano como prueba de que había ganado la apuesta,
Cuentan que después de algún tiempo el zapatero desaparecio.
El mencionado cerro lleva ese nombre porque cuentan que había dinero. Creyendo los vecinos del pueblo que era obra del demonio, acordaron reunirse con el objeto de ir a ver a los padres misioneros para que conjuraran la entrada.

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Toluca

El cerro de la Teresona

En Toluca, en el cerro de la Teresona, por el lado de la carretera Circunvalación, hay un camino que va para Santiago Tlaxomulco. Enmedio de este camino había una casa muy grande en el cerro. Allí vivía una señora llamada Teresa. Esta señora sufrió mucho con su esposo.
Cuando murieron, como no tenían herederos la casa pasó a ser panteón y hasta no hace mucho tiempo dejó de serIo.
Contaban que toda persona que pasaba en la noche o en la madrugada, siempre le salía un perrito chihuahueño blanco y seguía a determinada distancia a los que pasaban por allí. Por eso, muchas personas cambiaban de camino y para llegar a Tlaxomulco bajaban por los Cipreses.
Una persona que se atrevió a pasar varias veces vio que el perrito salía del panteón, lo seguía de lejos y se iba haciendo poco a poco más y más grande y de repente desaparecla.

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Toluca

La cueva teresa

Entre los montes de la exhacienda de La Huerta está una loma llamada Cerro Teresa.
Se cuenta que un matrimonio de Zinacantepec tenía una yunta de bueyes. Esa yunta, un día se les perdió, preguntaron por todos lados pero nadie les dio razón. Entonces se les ocurrió seguir el rastro que los animales habían dejado y así pudieron llegar hasta donde éstos estaban. Cerca de ellos estaba una niña llamada Teresa, lavando.
Ellos le preguntaron que dónde vivía y ella les contestó que vivía en una cueva. La niña a su vez les preguntó qué andaban haciendo por allí y ellos le respondieron que andaban buscando la yunta que estaba cerca de la cueva. Que era de ellos.
La niña les contestó:

-"Es verdad, yo fui por ella y para que se las regrese, necesitan llevar esta gran piedra al Nevado de Toluca".
La pareja aceptó y cumplió con lo que la niña pedía pero llegando a la laguna la niña les pidió que con su yunta la pasaran por enmedio de la laguna hasta el otro extremo. La niña les advirtió que nada les pasaría, pero que se les tenían que caer los pantalones, que iban a oír que les gritaban, que iban a oír muchas voces. pero que no voltearan.
Al oír todo esto, el señor se resistió y ya no quiso pasar a la niña.
La niña les dijo:
-"Mire usted señor, esta es una ciudad encantada, cada peña es un edificio y cada piedrita chiquita es una persona". "Si usted hace lo que le pido, la ciudad volverá a ser la de antes":

Como el matrimonio se negó, la niña se perdió en la laguna junto con la yunta de animales. La pareja volvió a su casa y desde entonces aquel lugar se llama .
LA CUEVA TERESA
Platica nuestro informante que un pariente suyo, entró en dicha cueva, la cual descubrió por casualidad porque él era pastor. Les contó que dentro de la cueva hay pilares y corredores donde amarran los caballos que al fondo de la cueva se encuentra una puerta, de la misma roca; con una argolla para abrirla. Este señor jaló la argolla e intentó entrar pero no lo hizo porque oyó una voz que le decía:
-"Si intentas abrir la puerta y quieres llevarte lo que deseas, te llevas todo o no te llevas nada". Como no vio quién le hablaba, tuvo miedo y salió corriendo. Llevó tal susto que al poco tiempo murió.

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Leyendas Mexicanas Época Colonial

Un Fraile que no se mojaba

El 3 de enero de 1778 murió el Padre Fray Agustín de San José, natural de Zeolledo en Castillo la vieja, de edad de 78 años y 62 de hábito. Varon con toda verdad de eterna memoria por sus virtudes y raro ejemplo que dio así dentro como fuera del Convento y sus confesores deponen no haber perdido la gracia del bautismo. Entró en la religión con especial desengaño, pues habiendo tenido en el siglo muy buenas conveniencias, todas las renunció por darse a Jesucristo. En la Religión se dio al ejercicio de todas las virtudes; en el silencio fue un ejemplar bien raro, pues jamás ocupó el tiempo en otra cosa que en el aprovechamiento de su alma, siendo sus palabras muy medidas.

Su caridad fue tan grande que era asombro de todos e informado de ella , era continuo en el trabajo de ganar almas para Dios y buscábale toda suerte de gentes y de día y de noche confesaba a cuantos a él llegaban. En la siesta que era el tiempo que tenia de descanso, solía estar confesando y todos tenían en él un piadoso Padre para sufrir las flaquezas humanas y al mismo tiempo un severo Juez para reprender los vicios y negar la absolución al que no la merecía. Jamás dejó de las manos el estudio de la teología moral y era tan humilde que cualquier dificultad que encontraba preguntaba lo que debía hacer, siendo por lo común lo que había ejecutado lo más conforme a la más a la más sana doctrina. Por sustentar a los pobres y que todo necesitaba que a su Portería llegaba, no saliese de ella sin alivio, se quedaba sin comer, guardando (con licencia de los Prelados) lo más de lo que le daban en el Refectorio.

En cuarenta años que estuvo en la Porteria, jamás se le notó palabra o acción que denotase impaciencia. Si iba por los pueblos circunvecinos, era llevado de su caritativo impulso a visitar pobres enfermos y llamar a las gentes para confesarlas y jamas salió de casa sino para ejercitar la caridad. En el bien de este Convento así espiritual como temporal fue muy profícuo, celaba con la mayor entereza se diese buen ejemplo a los seglares y sentía en su corazón el más mínimo escándalo, procurando con el mayor esmero el honor de nuestro Santo hábito y el descanso de este Colegio. La cañeria del agua el mismo la cuidó más de 40 años, gastando en ella de lo que le daban de limosna, grandes cantidades. Por su agencia y cuidado no tenían los Prelados que buscar para el reparo material, pues con avisarle al Padre Fray Agustín lo reparaba y componia todo.

No es digno de omitir un caso bien singular. Llamaronlo en una ocasión de la ciudad de Lerma, 4 leguas distante de Toluca, para que confesase a un enfermo y yendo por el camino lo encontro el Médico de este Convento que iba en su Bolante a visitar al mismo doliente. Viendo al Médico el Padre Fray Agustin se iba mojando por la mucha lluvia que caia, lo convido para que entrase en su Bolante, y no habiéndolo admitido prosigio su camino en lo recio del aguacero. Llegaron uno y otro a la dicha ciudad de Lerma y cuando todos pensaban al Padre Fray Agustin con la ropa mojada, lo hallaron enjuto y seco, teniendo la advertencia el Médico Villagómez de tomarle la capa, la que se encontro seca y él mismo dio noticia del caso referido y decia que estaba pronto a deponerlo bajo la virtud del juramento.

Este y otros muchas cosas, que por brevedad se omiten, nos declaran señales de su mucho caridad y bien del prójimo y lo aprovechado que se hallaba en el ejercicio de las virtudes y en lograr el tiempo en la Religión, siendo en ella el espejo y ejemplar de la mas regular observancia pues en medio de muchos achaques que en su avanzada edad padecio y sufrio con gran paciencia, nunca dejo la asistencia al coro y fue necesario mandarle por obediencia se retirase a la celda en la que con bastante trabajo rezaba el oficio divino, gastando en el largas horas. Fue tan exacto en la abstinencia de carnes, que aun en la ultima enfermedad, no se pudo conseguir usarse de ellas, celando su montificación con decir le hacían daño. Fue en dicha enfermedad un espectáculo de paciencia y no se le oían otras palabras que dar gracias a Dios por los dolores con sentida de los Religiosos y seglares que con ansia deseaban algunos de sus pobres trastos por reliquia. Está enterrado en dicho sepulcro, número 10.

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Toluca

Las Momias del Instituto

En las vitrinas del museo de Historia Natural del antiguo Instituto Literario de Toluca (hoy Universidad del Estado) se han conservado por largos años cinco momias: tres de personas adultas y dos de niños. Las primeras corresponden al padre Botello, María Reyna y una parienta; las segundas son de dos hijos de ésta.

El profesor Luis Camarena González, notable taxidermista y profesor del Instituto investigó la historia de los misteriosos personajes, haciendo notar el hecho de que su momificación se debió a la manera en que los cadáveres fueron sepultados y al uso de cal en el momento de inhumación.

El padre Botello era un vividor, cuenta el profesor Camarena, que vivía de la caridad cristiana de los toluqueños sin ser realmente religioso, aunque vestía sotana y se adornaba con otras prendas del sacerdocio. Era en realidad un borrachín que abusaba de las bebidas espirituosas y que estafaba a los devotos pidiendo caridad para la iglesia. El sobrenombre de padre Botello le vino precisamente de su marcada afición al vino.

El tipo lunático recorrió muchos pueblos sin llamar realmente la atención de sus moradores, pero al pasar por San Antonio Acahualco, cerca de Zinacantepec, los vecinos lo descubrieron y lo denunciaron indignados ante las autoridades locales. Se cuenta que en el rancho de Capardillas se instaló un tribunal para juzgarlo y fue condenado a morir en la horca.

Ese fue el triste final de su vida sibarita. El profesor Luis Camarena observó que en rostro de la momia se notaba aún "el rictus característico del cuello tenso por la acción y la cuerda justiciera y aún más la señal del ahorcamiento, la de la lengua salida".

Por lo que hace a María Reyna, se sabe que era originaria de Almoloya de Juárez y que fue esposa de un bandolero apodado "Chepe Pesos Duros". Murió de disentería, después de contagiar a su parienta ya los hijos de ésta, por lo que fueron enterrados todos juntos y así se produjo su momificación por cal.

El profesor Camarena, que no carecía de sentido del humor, solía recordar que en cierta ocasión, los estudiantes del Instituto pertenecientes al club "Vampiros", sacaron de vitrina la momia del padre Botello y la incorporaton, debidamente pintarrajeada, a un desfile o carnaval con que celebraban el final de cursos.

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Toluca

La Virgen de Tecaxic

También Nuestra Señora de Tecaxic tiene su leyenda. En el Zodiaco Mariano, obra publicada en el siglo XVIII por Fray Francisco de Florencia, se dice lo siguiente:

A raíz de la Conquista, Tecaxic -que en lengua mexicana significa vaso de piedra- era un pueblo muy numeroso. Una epidemia arrasó con su población, de tal modo que no quedaron en ella sino dos vecinos. Abrumados por la "tristeza y soledad", no tardaron en abandonar el pueblo, que vino de esta manera a quedar desierto.

Con el éxodo de los dos sobrevivientes quedó abandonada una ermita que en los tiempos prósperos habían construido los vecinos. Veneraban en la ermita una imagen de La Asunción, pintada al temple sobre una tela indiana. En la soledad, el templo batió las puertas y rajó las paredes, de suerte que el viento, los soles y las lluvias, "deslucieron los colores del ropaje y mermaron la hermosura del rostro".

En estado tan lamentable se encontraba la capilla, cuando acertó a pasar por allí el licenciado Antonio de Sámano y Ledezma, en los momentos en que se abatía un fortísimo aguacero. Buscó el hombre asilo en la capilla; pero en balde, porque dentro se mojaba tanto como afuera. El agua escurría por la imagen, y allí advirtió el licenciado que era milagroso el hecho de que la Virgen no se hubiera despintado del todo, máxime "siendo la materia" en que estaba iluminada, tan deleznable y corruptible".

No sólo a este hecho inexplicable obedeció la veneración de la imagen de Tecaxic. Dos hombres de Toluca se desafiaron a causa de los requiebros de una mujer. Escogieron como sitio del duelo la espalda de la abandonada ermita, que mal se erigía en el cerro de tecaxic, hoy conocido como El Molcajete, a causa del cráter que presenta en su cima de donde le viene el nombre náhuatl que ya se dijo. Estaban los rijosos en pleno desafío, cuando oyeron músicas nunca oídas, como si proviniesen de los cielos. Asombrados suspendieron la pugna. Era de la Capilla de donde salía aquella música de ángeles; pero cuando llegaron hasta donde se hallaba la imagen, la encontraron , "sola y desamparada". "llenos de pavor y reverencia pusieron las armas a los pies de la virgen, y haciéndose de enemigos muy amigos, adoraron a la gran Señora…".

Con este suceso confirmó el Guardián del convento de Toluca, lo que ya le habían referido, y es que todos los sábados del año, se oía música celestial en aquella capilla abandonada.

Otro prodigio tuvo confirmación en la ermita: Pedro Millán Hidalgo, vecino muy estimado en el Valle de Toluca, hacía frecuentes viajes, muchos de ellos de noche, desde la ciudad de San José hasta Xalmolonga -Almoloya, hoy de Juárez- y al pasar por tecaxic, especialmente los martes y los sábados, "solía oír una música muy acorde y sonora, que le causaba admiración". Sin embargo, cuando picado por la curiosidad se acercaba a la ermita, la encontraba desierta. Comenzó por llevar ceras que encendía cada vez que por allí pasaba.

Algunas veces, en pleno día, Millán Hidalgo veía en la ermita "luces que a distancia brillaban con gran resplandor, y en llegando a ella desaparecían".

Otra ocasión oyó música en la noche. Pensando que los indios, para evitarse el pago de derechos, habían ido a enterrar a uno de sus muertos a esa hora, les gritó en mexicano que no temiesen, que él era Pedro Millán. La música cesó como por encanto. Molesto por lo que creyó socarronería de los indios, se llegó sigilosamente hasta la Capilla, y para su asombro la encontró vacía.

Este y otros hechos no menos asombrosos, que narra en su Zodiaco el buen fraile Francisco de Florencia, fueron el origen de la veneración de la imagen del Santuario de Tecaxic.

Cuando fue Guardián del convento de Toluca el padre José Gutiérrez, quien gozó fama de ser un hombre profundamente religioso, conocido que hubo los prodigios de la imagen de Tecaxic, animó a los vecinos de Toluca, ya los labradores de lxtlahuaca, a erigir un templo. Después de algunas peripecias los deseos del religioso se cumplieron. El Santuario de Nuestra Señora de Tecaxic, fue acabado de construir en el año de 1655.

Hoy día el Santuario se encuentra abandonado. Ausentes están las numerosas romerías que en otros tiempos lo visitaban. Las almas sencillas de los pocos hombres de buena voluntad que aún quedan, están en espera de un nuevo prodigio de Nuestra Señora de la Asunción.

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Oaxaca

La Leyenda del Murciélago

(Leyenda tradicional de Oaxaca)

 

Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la Creación.

El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar algo así como mariposa desnuda).

Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores.

Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo.

Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.

Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves.

Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.

Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de nuevo desnudo como al principio.

Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdió.

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Leyendas Mexicanas Época Colonial

El Señor del Rebozo

A mediados del Siglo XVI funcionaba ya como convento Dominico, el edificio situado a espaldas del que fuera templo de Santa Catalina de Siena, ubicado en la calle de su nombre hoy República Argentina. Fundado por ayuda pecuniaria de tres mujeres sumamente religiosas y ricas conocidas por "Las Felipas", este convento recibía la ayuda de casas y encomiendas y rentas producto de una especie de fideicomiso de estas Felipas y así comenzó a recibir monjas que se acogían a la advocación de Santa Catalina de Siena.

En el Templo que como se dice y se sabe, daba a la hoy calle de la República Argentina, estaba entrando a la derecha, un Cristo de madera, esculpido por anónimo escultor, uno de tantos imagineros que dejó para siempre su arte religioso sin que se recuerde su nombre. Era un Cristo de mirada triste, de palidez mortal, con grandes llagas sangrantes y una corona de espinas cuyas puntas parecían clavarse en la carne, la madera que asimismo escurría sangre. Daba lástima esta triste figura del Señor colocada a la entrada del templo, con su cuerpo llagado, flácido y apenas cubierto con un trozo de túnica morada.

Tal vez este triste aspecto del Cristo cargando la Cruz fue lo que motivó a una monja que llegó como novicia bajo el nombre de Severa de Gracida y Alvarez y que más tarde adoptara al profesar, el de Sor Severa de Santo Domingo. Pues bien esta monja, cada vez que iba a misa al templo de Santa Catalina, se detenía para murmurar un par de oraciones al Señor cargado con tan pesada cruz al grado de que cada día lo advertía más agobiado, más triste, más sangrante.

Pasaban los años y a medida que la monja Sor Severa de Santo Domingo solía pasar más tiempo ante el Cristo, mayor era su devoción, mayor su pena y más grande la fe que profesaba al hijo de Dios.

Así pasaron los años, treinta y dos para ser más exactos, la monja se hizo vieja, enferma, cansada, pero no por eso declinó en su adoración por el Señor de la Cruz a cuestas, sino que aumentó a tal grado de que lo llamaba desde su celda en donde había caído enferma de enfermedad y de vejez.

Una noche ululaba el viento, se metía por las rendijas, por el portillo sin vidrio ni madera, calaba hasta los huesos viejos y cansados de la monja. El aire azotaba la lluvia y la noche se hacía insoportable.

-!Jesús.. Cristo mío! -gritó la monja con voz casi inaudible, pero llena de dolor, tratando de abandonar su lecho de enferma-, dejádme que cubra vuestro enjuto y aterido cuerpo… venid a mi señor, y mostráos ante esta pecadora que sólo ha sabido amarte y adorarte en religiosa reverencia.

Arreció el vendabal…

Y lo insólito de esta historia ocurrió entonces. Llamaron quedamente a la puerta de la celda de la enferma monja y ésta con muchos trabajos se levantó y abrió, para encontrarse ante la figura triste de un mendigo, casi desnudo, que parecía implorar pan y abrigo.

La monja tomó un mendrugo, un trozo de la hogaza que no había tocado y le ofreció el pan mojado en aceite, agua y sacando de su ropero un chal, un rebozo de lana, cubrió el aterido cuerpo del mendigo.

Terminado de hacer esto, el cuerpo de la monja se estremeció, lanzó un profundo suspiro y falleció.

Al día siguiente hallaron su cuerpo yerto, pero oloroso a santidad, a rosas, con una beatífica sonrisa en su rostro marchitado por los años y la enfermedad.

Y allá en el templo de Santa Catalina de Siena, cubriendo el enjuto y sangrante cuerpo del Señor con la cruz a cuestas, el rebozo o chal de la vieja monja.

Desde entonces y considerado esto como un milagro, un acto inexplicable, las religiosas y los fieles bautizaron a esta imagen como "El Señor del Rebozo" y este cristo estuvo muchos años expuesto a la veneración de los feligreses, hasta la exclaustración de las monjas y cuando el gobierno cedió este hermoso y legendario templo, primero para templo protestante y después para biblioteca.