(fragmentos)
100. En cuanto a la creación del mundo, había sido destruido una vez, y las gentes habían sido creadas de rocas, y que en la primera creación, los dioses habían creado cuatro soles bajo cuatro figuras, según se muestra en sus libros.
101. El primero de los cuales se llama Chalchiuhtonayo, que es como dios de piedras preciosas, y que los que vivieron bajo este sol, murieron ahogados y algunos tornáronse en peces y otros vivían de una yerba del río nombrada acicintli.
102. El segundo sol se decía Chalchiuhtonatiuh y los que vivieron en éste comían una yerba cencoccopi y murieron todos abrasados en fuego del cielo, de los cuales, unos se convirtieron en pavos, los otros en mariposas, los demás en perros.
103. El tercer sol se llama Yohualtonatiuh que quiere decir sol oscuro y nocturno. Los que vivieron bajo éste comían mirra y resina de los pinos, de los cuales hay gran abundancia en este país, y estos murieron devorados por bestias salvajes, que ellos llaman … (laguna) que quiere decir gigantes, de los que entonces hubo en Nueva España como contaremos después.
104. El cuarto sol se llama Ehecatonatiuh que quiere decir sol de aire. Los que vivieron bajo este sol se nutrían con el fruto de un árbol que se llama mizquitl, del cual hay gran copia en la Nueva España, el cual fruto los indios tienen en muy grande estima, y de él hacen bollos para llevar cuando van de camino, y para guardar para lo largo del año, y en verdad es un buen fruto. Estos murieron por tempestades de vientos y se volvieron monos.
105. Cada uno de estos soles no duró sino veintitrés años y se perdió en seguida.
106. Y habiéndoles preguntado que (si) el sol perecía con los hombres cómo luego salían y se producían otros soles y hombres, respondieron que los dioses hacían estos soles y estos hombres.
107. Dicen también que sus antepasados les han dicho que el mundo fue destruido por las aguas, y así fueron ahogadas todas las gentes, a causa de los pecados que habían cometido contra los dioses, además (que) ellos habían descendido al infierno donde las almas eran quemadas.
108. Y que por esta causa, los que fueron creados después habían de quemar los cuerpos y guardar las cenizas porque esperaban que Mictlantecutli, dios del infierno, los dejaría salir y así resucitarían otra vez. En lo cual se ve bien que el demonio les decía una verdad para hacerles creer mil embustes.
– De Teogonía e Historia de los Mexicanos, ed. de Angel Mª Garibay. Porrúa, México 1979.