Algunas personas que visitan por la noche la moderna Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, o algunos mendigos que duermen en sus escalinatas relatan haber visto a una mujer que sale de la antigua Basílica. Porta en la mano derecha una vela que nunca se apaga, a pesar de la lluvia o del viento. La mujer camina hasta la moderna Basílica, donde se introduce atravesando las paredes.
Algunos curiosos han entrado a la nueva Basílica y la han visto dejar la vela en el altar como ofrenda. En seguida, la mujer se pone a rezar, y después desaparece. Se afirma que se trata de un alma en pena que cumple una manda que no cumplió la mujer cuando vivía.