Categorías
Leyendas Cortas Leyendas Urbanas de Terror Monterrey Nuevo León

La Casa de los Tubos

Una leyenda de Monterrey, Nuevo León nos relata que en una localidad llamada La Escondida se encuentra una construcción a la que llaman La Casa de los Tubos.

Esta casa, por cierto ahora en ruinas, la mandó construir un cierto señor para su hija a la cual adoraba. La joven estaba paralizada y en silla de ruedas. Razón por la cual el hombre diseñó la casa con muchas rampas que unían los diversos pisos de la mansión, de tal forma que la silla de ruedas no tuviera ningún problema de tránsito y la hija pudiese circular a su gusto.

Cuando la casa se encontraba en proceso de construcción, quiso la mala suerte que dos albañiles muriesen accidental y misteriosamente. La edificación tomó más tiempo del necesario, debido a muchos problemas que fueron surgiendo.

Los habitantes de la zona veían cómo iba surgiendo aquella casa tan extraña, que no era precisamente bonita, pues su aspecto tubular causa asombro y desconcierto. Sin embargo, la casa siguió construyéndose.

La Casa de los Tubos

Con el fin de que la muchacha viera cómo poco a poco iba surgiendo el que sería su nuevo hogar, el amoroso padre decidió llevarla a la obra que ya estaba casi finalizada, solamente le faltaban algunos detalles.

Mientras ambos se encontraban haciendo el recorrido de la mansión, en una de las piezas del piso superior, el padre se acercó a observar un detalle en la pared y soltó la silla de ruedas de la muchacha. De repente, la silla comenzó a rodar y empezó a deslizarse por una de las rampas, llegó al segundo piso y el impulso que llevaba la silla hizo que la niña saliera despedida por una ventana y a gran velocidad. La chica cayó el vacío y murió instantáneamente al llegar al suelo.

A raíz de este terrible accidente, el desconsolado padre se volvió alcohólico. Poco tiempo después, transido de dolor se suicidó, pues no soportaba la vida sin su querida hija. La construcción de la casa se abandonó completamente.

En la casa maldita siguieron las desgracias, pues muchos de sus curiosos visitantes encontraron inexplicablemente la muerte en ellas. Otras personas se suicidaron en ella, y no faltaron todo tipo de accidentes extraños y misteriosos.

Sonia Iglesias y Cabrera

Deja una respuesta