(fragmentos)
192. Habiéndose ido ellos, salió de la roca con un arco y flechas y tiró a un animalejo y lo mató echándoselo a la espalda, lo llevó ante su padre, y llegó antes que sus hermanos, los cuales al venir, quedaron maravillados de verlo.
193. Pensaron matarle otra vez y así lo subieron a un árbol diciéndole que tirara a los pájaros, y estando él sobre el árbol, le comenzaron a tirar flechas, mas como discreto se dejó caer en tierra fingiendo estar muerto.
194. Lo cual vieron sus hermanos y se fueron a su casa y habiendo partido sus hermanos, se levantó y mató un conejo, y lo llevó a su padre, antes que sus hermanos llegaran.
195. El padre que sospechaba lo que sus hermanos querían hacerle, le preguntó dónde estaban sus hermanos, y él respondió que ya venían, y se partió de con su padre a otra casa.
196. Entretanto, sus hermanos vinieron y les preguntó su padre por su hermano y ellos, respondieron que ya venía.
197. Entonces les reprendió porque querían matarlo, de lo cual ellos quedando enojados, se propusieron matar a su padre y así lo hicieron llevándolo a una montaña.
198. Después de haberlo matado, volvieron a buscar a Quetzalcoatl y le hicieron creer que su padre se había cambiado en roca, persuadiéndole juntamente a que sacrificara y ofreciera alguna cosa a esta roca, como leones, tigres, águilas, animalejos, mariposas, pues no podría él encontrar estas bestias.
199. Y como no quiso obedecer él, lo quisieron matar, mas escapó de entre ellos y se subió a un árbol, o lo que es más verosímil, sobre la misma roca y a flechazos los mató a todos.
200. Hecho esto, sus vasallos que le querían mucho, le vinieron a buscar con honores y tomaron las cabezas de sus hermanos y vaciándoles los cráneos de ellos hicieron copas para beber.
201. Y se partieron en seguida de allí y se vinieron a la tierra de México y permanecieron unos días en un pueblo llamado Tulancingo, y de ahí se fue a Tula, donde no se sabe que entonces se hicieran sacrificios y por eso como él llevó el uso de los sacrificios, fue tenido por dios.
202. Él les enseñó muchas cosas buenas, templos para él y otras cosas muchas y duró 160 años por dios de este país.
– De Teogonía e Historia de los Mexicanos, ed. de Angel Mª Garibay. Porrúa, México 1979.