Una hermosa leyenda nahua de Tlaxcala nos cuenta que ante la tormenta que se avecinaba, un Grillo construyó una casa con excremento de toro para protegerse de la lluvia. Un Coyote que pasaba por ahí, al sentir el agua se refugió cerca de la casa del Grillo. Pero un animal lo despertó y, asustado, echó a correr y pisó la casa. El Grillo le exigió a Coyote que la reconstruyera, pero se negó rotundamente y se burlo de él, alegando que nada podía hacerle, ya que era grande y fuerte, y Grillo chiquito y débil. Entonces Grillo lo retó para demostrar quién era el más fuerte. Llegaron a una barranca y Coyote le propuso que saltaran, a ver quién llegaba más lejos. Grillo le dijo a Coyote que saltara primero. Así lo hizo, pero cuando saltó Grillo se agarró de su cola, se dio impulso y cayó más lejos que Coyote. Entonces, muy ufano, volteó a ver a Coyote y le dijo: -¡Ya lo viste, decías que eras muy grandote, pero yo brinqué más lejos que tú! Pero Coyote estaba renuente a haber perdido.
Grillo le dijo: ¡Bueno, volvamos a intentarlo! Y corrió a llamar a todos los animales pequeños que eran sus amigos: a las avispas, las hormigas, las moscas, las abejas y otros bichos más. Grillo les explicó que Coyote había destruido su casa y que no quería componerla, y: – Como es grande y fuerte nomás se burla de mí.
Por su parte, Coyote también había llamado a reunión a muchos animales: toros, coyotes, venados y un Zorrillo, quien le preguntó la razón por la cual los había convocado. Coyote respondió: -Los he llamado porque deseo luchar contra otros animales. Zorrillo dijo que él los enfrentaría. Se reunieron en un llano con Grillo, y mientras los animales que había llevado Coyote se encontraban comiendo, Grillo llamó a sus aliados y les avisó que había llegado la hora de la pelea. Empezó la pelea, Coyote trataba de pegarle a Grillo, pero éste se escabullía y lo lograba alcanzarlo, y Zorrillo que estaba situado a cierta distancia, se dio cuenta de cómo los insectos estaban picando a los otros amigos de Coyote.
Coyote reconstruyó la casa de Grillo. Al terminar de hacerla, escuchó las palabras de su enemigo que decía: -Coyote, todo lo que pasó fue una tontería, no debiste retarme, pues aunque soy pequeño sé defenderme, ya lo viste. ¡Ahora olvidemos lo ocurrido, amémonos y vayamos ante Dios para que nos bendiga¡
Sonia Iglesias y Cabrera